por Amparo Climent – (05-12-16)
Conocer la verdad es necesario, aunque nos cueste mirarla a los ojos.
La dictadura militar en Uruguay es uno de los capítulos más deshonrosos de la humanidad. El golpe de estado de 1973 propició una represión salvaje, en el que durante años los secuestros y la tortura fueron el terrorismo de Estado más utilizado para acallar las voces de sus detractores.
La película “MIGAS DE PAN” nos muestra a un grupo de mujeres valientes, que supieron enfrentarse al miedo y a la verdad denunciando torturas, violaciones, abandono familiar…
Militares con nombres y apellidos que durante años sometieron a esas mujeres en las cárceles, a una tortura sexual y psicológica de la que salieron con la fuerza suficiente para enfrentarse a ellos.
Lo que más me ha gustado de la película es la sencillez con la que hace el recorrido documental e histórico de la Memoria de una dictadura, que en España conocemos muy bien. La voz de “verdad, justicia y reparación” resuena a lo largo de toda la cinta.
Manane Rodríguez ha unido su corazón a esas “MIGAS DE PAN” y nos presenta una dirección en donde las miradas y los silencios forman el camino narrativo que nos envuelve y nos emociona. Nos acerca las imágenes sin protagonismo, como parte de ese dolor al que quiere dar voz, y junto a Xavier Bermúdez nos ayuda a entender el drama desde unos diálogos precisos y sin concesiones.
Cecilia Roth siempre valiente, arriesgando en su interpretación, involucrándose en un trabajo duro y difícil para una actriz. Y en el que, estoy segura, ha dejado su alma pegada a la de Liliana Pereira.
Justina Bustos nos ha trasmitido la soledad y la emoción entre los barrotes de una cárcel, en la que todas las “Lilianas” uruguayas y españolas, dejaron por un tiempo sus vidas y encontraron lo mejor de ellas mismas.
Pero también hay que destacar interpretaciones llenas de verdad, de matices y de sensibilidad, como la de Andrea Davidóvics y las actrices del penal. También Quique Fernández y el actor que interpreta al comandante Silva, y el doctor…
Perdón por no conocer los nombres de esos actores y actrices.
Me ha gustado recordar un Uruguay querido y soñado por mi, a través de los ojos de mi amiga, la escritora uruguaya Alondra Badano.